Editorial

CIEZA LLORA POR PEPE LUCAS, SU ARTISTA UNIVERSAL

Cieza está de luto, llorando la pérdida de Pepe Lucas, su artista más universal y que ha exportado, a través de sus pinturas y esculturas, el nombre de la localidad por todos los lugares del mundo por donde ha pasado. La pérdida de un prohombre, como era Pepe Lucas, siempre supone un duro golpe; máxime si a dicha lamentable y repentina circunstancia se le añade el hecho de que no sea algo esperado o que se presuponía, lo cual ocasiona un shock para todos y todas.

 

Pepe Lucas deja a la sociedad ciezana huérfana. Falleció haciendo lo que más le gustaba, su pasión, al sufrir una caída mientras se encontraba supervisando la retirada de sus murales de la estación de Chamartín, pintados en los años 70 en homenaje a algunos de los grandes nombres de la poesía universal. Murió, por tanto, trabajando, porque era un espíritu libre y creativo; un alma inquieta que se desvivía por crear arte. En definitiva, un genio.

 

Tal era el amor que profesaba por Cieza (algo recíproco por parte los ciezanos y las ciezanas y que estamos convencidos que perdurará en el tiempo, puesto que su huella y su esencia es imborrable) que jamás olvidó su tierra, a la que siempre regresaba cuando sus actividades artísticas se lo permitían; la misma tierra donde, por expreso deseo del genio, descansarán sus cenizas. El amor era (y será) mutuo entre Pepe Lucas y Cieza: el artista se sentía plenamente orgulloso de su patria chica y Cieza también (enormemente) por su artista más universal.

 

Por tanto, la sociedad Cieza se encuentra tremendamente apenada, el único consuelo que le queda (que no es sentimiento baladí) es el recuerdo imborrable del hombre, de su enorme calidad humana; del artista y su magnífica obra; y del genio, cercano, indómito y soñador.

 

Finalmente, desde estas líneas, queremos dar nuestras más sentidas condolencias a su familia, a sus amigos y a su querida Cieza. El vacío que deja es inmenso, pero él será eterno. Que en paz descanse. Seguro que sus pinceles seguirán inundando de emoción los sentidos; allá donde se encuentre.